jueves, 31 de marzo de 2011

I hate.....

Odio pensar tanto en ti.
Odio ver que estas y tener que hablarte.
Odio tenerte en mis números frecuentes.
Odio recordar, todos y cada uno de nuestros momentos juntos.
Odio platicar contigo en dónde sea que te encuentre.
Aparte de odiar platicar contigo, me caga fingir que la paso a gusto.....
Odio hacer largos los momentos contigo.
Odio despedirme más tiempo del que estuve contigo.....

Odio pensar en los días que estuvimos juntos.
Odio cerrar los ojos y recordar cómo saboreaba tu cuerpo en aquellos días.
Odio creer que no encontrare a ninguna que me haga sentir igual. 

Odio, en verdad odio, fingir que odio todo esto.
Odio, en verdad, saber que aunque quiera no puedo odiarte.
Y odio más saber que no puedo dejar de amarte.

lunes, 21 de marzo de 2011

Humo, el que eres tú.

Y de la figura fría y vacía que proyecta tu fotografía sobre mi librero, que llena de paz y sosiego mi interior.
Fue la causa de mil fortunas el llegar a tener una charla por horas contigo, yo sentado fuera de la casa, fumando algún cigarro que me han de haber regalado, manteniendo el equilibrio a duras penas.
Allí afuera de esa cochera, apoyado sobre esa fuente que más tarde serviría de baño publico para alguien más. Llegaste y sin más preámbulos me saludaste y sonreíste a la vez que yo sólo atinaba a pensar algo coherente para no cagarla, a lo que mi mente llego fue sólo a poder pronunciar un hola seco y ahogado a la vez por tanto alcohol ingerido, tú te sentaste y me comenzaste a platicar sobre tu vida, tu pasado, lo que tenías pensado a futuro, el cómo llegaste a esa fiesta, sin siquiera conocerme, te desinhibiste y platicaste -o eso creo-  mientras yo únicamente trataba de escucharte y ponerte atención por si me llegases a preguntar algo. Pero creo tú ya sabías que me encontraba indispuesto a cualquier cosa, más sin embargo seguías platicandome de ti, de tus amoríos, de ese hombre que te quito los mejores años de tu vida y después se marcho. Sabías que en ese instante no podía ni pronunciar que me trajeran otra cerveza, pero creo lo único que necesitabas era platicar, ser escuchada más no juzgada.
Me preguntaste que opinaba al respecto, ja!, yo sólo pude decir, OK, y seguiste con más. Te paraste a fumar un cigarrillo, ya también algo mareada, me paré junto contigo y fumamos, ahora ya no decías nada, sólo estabas allí fumando y viendo a los gatos correr por la calle.
Yo aún sin saber quién eras, de dónde te conocía -si es que te conocía- si no me habrías confundido con alguien, me puse a un lado tuyo y comencé ahora yo a soltar débiles palabras, que con trabajos entendía mi cerebro. comencé diciéndote también el cómo había llegado allí, cómo fue que conocí a sus amigos y a la ves a los amigos de ellos, mi pasado poco memorable y mi última relación fallida. Ella al igual que yo al comienzo, sólo atinaba a dar fuertes bocanadas del cigarros y mirar hacia fuera, mientras yo me explayaba con respecto a cada cosa que le contaba.
Dentro de la casa aún se escuchan las risas, música y algarabía de la gente que se congrego esa noche. Eran 3:25 de la madrugada y nosotros ya habíamos platicado poco más de 1 hora y media, siempre en la misma forma, tú hablabas y yo callaba para escuchar, y viceversa.
Recuerdo que decías que tenías ganas de recorrer, de huir, de salir de aquella prisión que te mantenía aún secuestrada de mil maneras. Que te gustaría salir a un lugar dónde nadie te conociera, que nadie supiera tu pasado, que fueras un extraño más en la ciudad y pudieras forjar tu vida a como te plasca, sin que nadie te viera y juzgara por tu pasado.
Recuerdo que mientras decías esas palabras yo sólo imaginaba todas y cada unas de tus frases y sentía que yo estaba junto contigo, forjando un presente/futuro con el cual fantaseaba.
Me alegras, me invades, eres todo y nada, eres quién no supo llegar, pero no me dijo cómo despedirme.
Tú reina de mis valles que hiciste que sin siquiera conocerte me llegase a clavar con una figura tan...tan.....tan.....mierda....tan tú......
Me revienta que cada que conozco a alguien cómo tú, me quedo tan clavado, es raro ya que no hay muchas como tú, pero cuando llegan, me quedo perplejo y pensando en la magnifica química que podríamos emanar.
Respiras vida de la cual yo aspiro para mantenerme vivo, para mantenerme cuerdo, aunque no recuerde tu nombre completo, eres quién más a llegado a mi puerta.....


Me eliges para hablar si las calles están mudas, dices llegar sin más cuando sin  siquiera hemos dicho un hola. Eres tan imprescriptible que me encanta saber que llegas para saber que sorpresa traes contigo.....


Recuerdo aquella noche en la cual no sé que nos dijimos, dónde las palabras iban de más cuando ambos sabíamos lo que queríamos. ¿Qué era? No lo sé, más decimos saberlo y tenerlo, siempre y cuando estemos juntos para poder charlar...






Van 3 años de aquella noche, dijiste que llamarías, y lo hiciste después de 3 semanas, quedamos unas cuantas noches, de alcohol y risas.
Después de eso, va tanto tiempo que he olvidado cómo sonríes...
Van 2 años de la última vez que supe de tí, de hablarte, y aún espero el momento para charlarte esas tardes de pasión, y noche de fulgor que he vivido.


























3:55 de la madrugada, y aún, después de todo este tiempo espero que suene el teléfono y me diga el identificador que eres tú.

sábado, 19 de marzo de 2011

24/7

Humo, alcohol, ruido, luces..... Trato de conciliar el sueño, y todas las imágenes se amontonan en mi cabeza, hacen una imagen abstracta de un diseño que esta aún sin completar, diseño que llevo años tratando de llevar a su máximo esplendor.
Tras dar varías vueltas en la cama, de trastornarme con el vídeo que corre por mi mente, de llegar hasta el punto de sentir lo que mi cerebro proyecta, es que despierto, con un olor putrefacto de alcohol, cigarro, alguna botana barata, y unos cuantos tequilas con squirt, es tan insoportable y desagradable que me pare al baño sólo para cepillarme los dientes, y al darme cuenta que no podría dormir enciendo un cigarro, lo fumo y pienso en lo que fue esta noche, la gran sensación que siento, a lo mejor se debe a lo que en el fondo sé, que soy excesivamente amante del drama y me gusta resaltar lo que a lo mejor no va más allá de una buena noche, pero hasta allí.
Después de la última bocanada de humo, regreso a mi cama con el juego de imágenes que me rodea y me da risa, y demasiada gracia lo que vi y viví hoy. Pero aunque trate de negarlo  sé que todo lo que trato de recordar, y no olvidar al día siguiente es a ti, a la simple, pero enorme sensación de ese instante...
¿Qué si es absurdo? Pues claro!, pero me hago más pendejo tratando de decir que no, al final el escribirlo y tratar de grabar con palabras la gran sensación que hiciste, que provoca y toca mi punto de exaltación, es lo qué quiero preservar, ese instante, una hora sagrada, una imagen perfecta de tu rostro fino y con trazos que resaltan tú más pequeño detalle y te vuelven tan linda.
Con tu permiso, hoy escribo sin él.

Ya con una leve sensación de alivio, es que trato de acostarme nuevamente, sabiendo que lo que estoy escribiendo es sólo un reflejo de un mar de emociones que vivo y que me agrada sentir.
Mientras tecleo miro el reloj y me doy cuenta que son las 4:21 de la madrugada y no tengo nada más importante en este momento más que mi noche, y ese recuerdo que da miedo que llegue a olvidar.

Pero en fin, sé que esto va más allá de todo, pero tranquilos, sólo lo hago porque lo siento y quería ponerlo.


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Pero no lo niego, más allá de todo, me enamoraron sus ojos y su cálido sabor a delicia.

lunes, 14 de marzo de 2011

my puppet friend

Conozco a la mejor marioneta de todos los tiempos, a una persona que sin siquiera ser ordenada ya tiene programada todas y cada una de las acciones a realizar.
Lo peor de todo, como dije, es que es sólo una marioneta, un títere de alguien.
Es muy manejable, él se dice ser complaciente, muchos más lo llaman idiota, yo simplemente pienso que así es el amor.
Digamos que en un día normal, con su rutina diaria, siempre llega hasta los extremos para sólo complacer a una figura fría y vacía, a alguien que por más que se esfuerce, ella nunca notará, ni se inmutara de su presencia más allá de un simple actor con el guión muy bien estudiado.

No hay día en que él elogie su belleza, sus encantos, sus virtudes -si es que las tiene- Pero simplemente lo hace porque esta locamente enamorado de una figura que lo único que hace es alimentar su obsesión con falsas promesas y palabras vacías. A pesar de lo que la gente diga, él siempre permanece al pie del cañón, sin miedo a salir lastimado, pues ha tocado fondo tantas veces que piensa que ya no tiene nada que perder, más nunca pensó en su dignidad, dignidad que perdió al momento de tolerar y pasar por alto las burlas y engaños causados por ella.

Han sido tantas las cosas que ha dejado por ella, que él ni siquiera puede mantener la cuenta. Ella sólo atina a decir que si en verdad le hace tanta falta, pues que se entregue con más furor a lo que ella pida o necesite.
La última vez que dejo que lo pisoteara, fue cuando él llegando de trabajar la encontró un tanto "indispuesta" con otra persona, persona a quien para colmo, era -pensaba él- el único soporte y amigo que tenía.
Después de esa escena vergonzosa, no se le ha vuelto a ver, ni ha llamado, ni dejado huella de su existir.
Lo último que quedo de él fue una nota diciendo que se dirigiría hacia el sur, en busca de lo que nadie le podría dar, y sería entonces cuando regresaría para que ella se diera cuenta que cómo él, no encontraría a nadie.



Relato ficticio, cualquier parecido con la realidad, o realidad paralela, es mera coincidencia. 

domingo, 13 de marzo de 2011

Domingo por la noche.

Al final del año tenía muy claras muchas cosas, tanto que sentía que aún sin haberlas intentado sentía que ya las había cumplido.
Fue tanta mi confianza, que deje que no me llegaran a preocupar en lo más mínimo hasta el punto de llegar a perderles importancia, y peor aún, incluso a olvidarme de ellas.
Ahora que hago un recuento de lo que hice, y se supone que debí haber hecho, es que veo que en realidad, por mucho que diga, haga y piense hacer, siempre, siempre, seré un mal perdedor.


Lo que sucede es que es tan poco el valor que le dí a las cosas, que por mi auto-confianza las termine perdiendo o incluso regalando.
Y lo que es peor, soy un pésimo perdedor, me cuesta mucho perder, lo acepto, dirán que pendejo, entonces porqué dice que es mal perdedor?, a pues por el simple hecho de que lo acepto, pero me torturo yo solo diciéndome y cuestonandome el porqué paso, y que no sé ceder fácilmente.


Me revienta eso, que por andar de pendejo chillón, se me vayan las cosas, siendo que yo soy el único culpable.
Hace tres días juro que tuve un sueño estilo Déjà Vu, y que era tan real que podía sentirlo, no mamar, me levante aún con la idea de que si en cuanto me levante no era esa clase de doble-sueño, en dónde uno despierta y a la ves sigue en el sueño, ya que fue tan real, que hasta la fecha trato de saber qué paso, o si no estaba ebrio y confundí las cosas. 
Me voy más por la cuestión de que me he estado preocupado, ahora sí, demasiado de algo que en verdad ni merece tanto la pena, y que esta ves, ahora sí, se puede resolver casi sin el menor esfuerzo. 
Pero no quiero volver a vivirlo, no quiero mirarme y decir, bueno, la cagamos, otra vez, pero no hay pedo a la próxima sale, no, esta ves si estaré cauteloso, leve, no tanto como quisiera, pero si con el detalle que merece.